Como un grito bajo el agua se basa en la extrañeza de ser internada en una clínica psiquiátrica por medio del dibujo. Para este ejercicio se usan memorias borrosas recogidas por una mente defectuosa y sedada por la medicación. Esta exploración se enmarca en la relación entre pacientes y cuidadores bajo la tradición de la ciencia occidental que se autoproclama como dueña del conocimiento verdadero del dolor.